As a starting point we put forward some basic ideas about the current
condition of reception of ancient literature in a world in which the term “classic”
has been radically called into question. Our times, we surmise, are characteristically
“post-classicist”, meaning the validity and force (and consequently the teaching) of the
classics cannot be taken for granted anymore. In the first section we make an attempt
to spot and define the increasingly common circumstances of “zero degree-reception”,
namely, the accidental encounter with classics in which no previous knowledge or
familiarity with them can be presumed. In section 2, we provide an overview of the
flourishing literature on emotions in the Ancient World and focus on two of them
(anger and grief) which in our view are of topical interest today. After a clarification of
the differences between ancient and modern conceptions of both emotions, in section
3 we proceed to put to test our ideas by means of the reading of a recent novel written
by Natalie Haynes, a classicist by training and a successful stand-up comedian. In
Amber’s Fury (2014), Haynes’s protagonists include a young female theatre director
haunted by a recent traumatic experience who becomes a teacher in an educational
institution for difficult youngsters, and an adolescent girl with hearing difficulties
who comes from a dysfunctional family. We inquire into the way anger and grief
are aroused and expressed, paying special attention to the contrast with the ancient
discourse on emotions. As a result, we conclude that paradoxically the oddest traits of
ancient emotions are the most interesting and stimulating to current thought about
ethics and literature. In the last section (4), some conclusions are drawn about tragedy
as a means of educating emotions in our post-classicist world.
Como punto de partida planteamos algunas ideas básicas sobre las condiciones
actuales de recepción de la literatura antigua en un mundo en el que el término
“clásico” ha sido radicalmente puesto en cuestionamiento. Consideramos nuestra
época como un momento característicamente de “post-clasicismo”, es decir, como una
época en la que la validez y la fuerza (así como, consecuentemente, la enseñanza) de
los clásicos ya no pueden darse por sentados. En la primera sección, intentamos captar
y definir la situación, cada vez más frecuente hoy en día, de “recepción en grado cero”,
entendida como el encuentro fortuito con los clásicos en situaciones en las que no se
puede contar con conocimiento previo alguno o familiaridad. En la sección 2, revisamos
la floreciente literatura sobre las emociones en el mundo antiguo y nos centramos
en dos de ellas (la ira y el dolor) que, en nuestra opinión, suscitan un marcado interés
actualmente. Tras una clarificación de las diferencias entre las concepciones antiguas y
modernas en torno a ambas emociones, en la sección 3 procedemos a evaluar nuestras
ideas por medio de la lectura de una novela reciente, escrita por Natalie Haynes, una
autora formada en los estudios clásicos así como una exitosa humorista de monólogos
de comedia. En La furia ámbar (2014), Natalie Haynes crea una trama protagonizada,
de un lado, por una joven directora teatral obsesionada por una reciente experiencia
traumática y con un puesto de profesora en una institución educativa de jóvenes conflictivos,
y, de otro, por una adolescente con dificultades auditivas y con una familia
desestructurada. Nuestro estudio se centra en la forma en la que surgen y se expresan
en la novela la ira y el dolor, prestando especial atención a su relación con el discurso
antiguo sobre las emociones. En consecuencia, concluimos que, paradójicamente, los
rasgos más extraños de las emociones antiguas son los más interesantes y estimulantes
para el pensamiento actual sobre ética y literatura. En la última sección (4), extraemos
ciertas conclusiones sobre el género de la tragedia como medio de educación de las
emociones en este mundo nuestro postclásico.