La vulnerabilidad frente a los riesgos naturales representa la expresión del desequilibrio entre las dinámicas
naturales de un territorio y la sociedad que se asienta sobre él. A diferencia de otros eventos naturales
peligrosos donde dichos desequilibrios se expresan como episodios puntuales a los que se asocia gran
capacidad de destrucción, la sequía se presenta como un fenómeno de aparición lenta originado por la
combinación de una serie de condiciones climáticas y socio-económicas con consecuencias territoriales,
económicas y sociales especialmente difíciles de determinar en el espacio y el tiempo. Conocer las
condiciones que vuelven a las poblaciones vulnerables debe ser el principio de cualquier proceso de gestión
que busque garantizar la seguridad. Aunque en esa línea se están orientando importantes investigaciones
sobre otros riesgos naturales aún quedan importantes retos que afrontar en lo que a sequías se refiere. En
este sentido y debido al origen inducido de este tipo de riesgos, en el que las propias intervenciones humanas
relegan en muchas ocasiones a un segundo plano a las condiciones climáticas originarias, se pretende en este
trabajo presentar aquellos aspectos de la política y gestión hidrológica en España que contribuyen a aumentar
la vulnerabilidad de las poblaciones al riesgo de sequía.