En Los oráculos de la Pitia (407B-C) Plutarco cuestiona la actuación de quienes intervienen
sobre las respuestas oraculares para plegarlas a su interés personal porque minan la credibilidad
de la mántica y la labor de los verdaderos profesionales del santuario délfico. Plutarco menciona
la vinculación con el oráculo de hombres con dotes poéticas que versificaban las respuestas
oraculares, de cresmólogos y de oficiantes de cultos orientales. El propósito de la comunicación
es analizar quiénes eran esos personajes y las prácticas que ejercían para tratar de determinar su
responsabilidad en la decadencia de la mántica.